Espasticidad tras una lesión medular: Tratamiento de fisioterapia

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Introducción:

La espasticidad es uno de los problemas más comunes que enfrentan las personas que sufren una lesión medular. Este trastorno motor se caracteriza por un aumento anormal del tono muscular, lo que provoca rigidez y dificultad para mover ciertas partes del cuerpo. Aunque la espasticidad es una respuesta del sistema nervioso ante una lesión en la médula espinal, puede generar complicaciones que afectan la calidad de vida, como limitación en los movimientos, dolor y riesgo de contracturas.

¿Qué es la espasticidad?

La espasticidad se produce cuando hay un daño en las vías nerviosas que regulan los movimientos voluntarios, generalmente en la médula espinal. Como resultado, los músculos se contraen de manera involuntaria, aumentando el tono muscular y causando rigidez. Esto es más frecuente en lesiones de médula espinal a nivel cervical o torácico, pero también puede presentarse en lesiones de mayor o menor extensión.

Síntomas y efectos

La espasticidad puede variar de una persona a otra, pero los síntomas más comunes incluyen:

  • Aumento de la rigidez muscular, especialmente en las extremidades.
  • Dificultad para controlar movimientos finos.
  • Dolor muscular constante o intermitente.
  • Movimientos involuntarios o espasmos musculares.
  • Rango de movimiento limitado.

Además, la espasticidad puede complicar la higiene personal, el vestirse o incluso la movilidad en sillas de ruedas, impactando significativamente la vida diaria.

¿Cómo se trata la espasticidad en fisioterapia?

El tratamiento de la espasticidad debe ser individualizado, ya que depende del grado y la localización de la lesión medular. La fisioterapia juega un papel fundamental en el manejo de esta condición. Las siguientes son algunas de las estrategias y técnicas utilizadas por los fisioterapeutas:

  1. Estiramientos y movilizaciones pasivas: Son esenciales para reducir la rigidez y mejorar la flexibilidad de los músculos afectados. Los estiramientos regulares ayudan a prevenir las contracturas y a mantener la movilidad articular.
  2. Fortalecimiento muscular: A pesar de la rigidez muscular, es importante trabajar en la fuerza de los músculos debilitados por la lesión. Esto puede mejorar el control motor y la función general de las extremidades afectadas.
  3. Técnicas de facilitación neuromuscular: Estas técnicas, como el método PNF (Facilitación Neuromuscular Propioceptiva), ayudan a mejorar la activación y la coordinación muscular, reduciendo los efectos de la espasticidad.
  4. Entrenamiento en el uso de dispositivos de asistencia: En algunos casos, se recomienda el uso de ortesis o dispositivos ortopédicos para mejorar la función y reducir la espasticidad durante las actividades diarias.
  5. Técnica DNHS: se trata de una técnica con punción seca específica para pacientes neurológicos, cuyo objetivo principal es disminuir la espasticidad y mejorar la funcionalidad. Esta técnica pertenece al campo de la Fisioterapia Invasiva, que utiliza agujas para realizar aplicaciones locales a través de la piel. En el caso de la espasticidad, la DNHS actúa sobre los puntos gatillo y los músculos afectados, ayudando a reducir la rigidez y promover un mejor control motor.
  6. Educación postural y técnicas de relajación: Es crucial enseñar a los pacientes a adoptar posturas que minimicen la espasticidad. También, se pueden utilizar técnicas de relajación, como la respiración profunda, para reducir la tensión muscular.

Enfoque integral en el tratamiento

El tratamiento de la espasticidad requiere un enfoque integral que combine fisioterapia, apoyo médico y, en ocasiones, intervención quirúrgica. Es importante que los fisioterapeutas trabajen de forma cercana con médicos, terapeutas ocupacionales y otros profesionales de la salud para proporcionar un plan de tratamiento completo que mejore la función y la calidad de vida del paciente.

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